domingo, 31 de enero de 2010

digresiones sobre el sistema

La eterna búsqueda del sentido. Ahora es ¿por qué hago lo que hago? ¿Por qué quiero hacer lo que quiero hacer? El rollo del "yo" está actualmente sobredimensionado, pero si de algo sirve, es para ubicarse: en dónde se está y qué papel le toca jugar a uno, dentro de un amplio universo. Alinearse con el todo. Volcado sobre sí mismo, el "yo" se ahoga. Se hunde. Se pudre.

(el futuro utópico está más allá del "yo": en un "nosotros". Pasa necesariamente por un sentido de comunidad, por la fortaleza multidimensional de los lazos).



(Por cierto, estoy por leer la novela homónima, "nosotros", de un ruso en la segunda guerra mundial, sobre una distopía totalitaria - dicho sea de paso, que se aplica tanto al socialismo, como a las dictaduras latinoamericanas, como a la "democracia" capitalista - en donde la individualidad desaparece [¿y todo es el mercado? Poco a poco, nuestra individualidad se expresa cada vez más por nuestra especial relación con el mercado: qué marcas compro, qué especialidad en gustos, ropa, lugares, ocios. Soy en tanto que compro, o en función de mi trabajo, pero siempre en mi relación con el omnipresente mercado]. Según dicen las malas lenguas, George Orwell le copió para hacer la de "1984". Pasaré el dato cuando la termine, pero obviamente será un fuerte contra-argumento a lo que estoy diciendo)

Ahora, es mi contradicción con el sistema. El capitalismo de por sí es contradictorio (¿lo dijo Marx en el Capital? Un compa me lo citaba, pero yo solo recuerdo nebulosidades del mamotreto que leí en la prepa). Lo que yo quiero es compartir y disfrutar. Ser parte de, fluir con mi medio, ayudar a transformar tanta injusticia en opciones de vida. Toda esa onda alternativa que no es nada nueva (y empiezo a pensar que tampoco es muy alternativa), sino un reciclaje deslactosado de los grandes metarrelatos de hace años. Tal vez un eco, o un pardogatismo, o tal vez una reorientación de los mismos, pero no más.


Pero eso no funciona con este sistema. Se trata de acaparar: el que acapara más, manda. Un millonario no lo es precisamente porque comparta todos "sus" bienes, ni los "medios de producción", ni porque aporte mayor justicia a nuestro mundo, sino porque acapara. Y dentro de ese sistema, sólo va a compartir/prestar/donar cuando le sea redituable (que reciba más de lo que da). Y así se podría, cuando mucho, ponerle un parche a tantas injusticias que genera, pero jamás podría atender sus raíces (y sí, lo sé, sistema sólo significa una forma de hacer las cosas, otro invento de lo omnipresente...)

Yo no quiero aislarme de esta mierda. No porque me guste, sino porque quiero ser parte de su transformación. Y porque quiero estar con la gente (sí, lo sé, es un maldito término "pequeñoburgués" que no significa nada. "La gente" en abstracto no existe...) La pregunta es ¿cómo alinearme con esto y no perderme en el intento? O mejor dicho, ¿cómo poder convivir así? ¿Y de qué vivir mientras tanto? Porque no quiero ser gente decente de tiempo libre. Y tampoco jugar a hacer obras de caridad, ni sólo donar a instituciones de beneficencia. Quiero ser íntegro, ser coherente conmigo mismo y con la realidad, comprometido con el mundo (sí, ya lo sé, otro término de lo más abstracto. ¿qué le voy a hacer?).

Pero para eso necesito encontrar mi espacio y mi papel. Y no los tengo. Tan sólo soy una hoja de propaganda volando por la calle. Sin punto fijo, sin dirección. Contradictorio (faltaba más). ¿Esto terminará cuando encuentre trabajo? Me da un poco de miedo, en cualquiera de los dos casos. Pero tal vez, habiendo encontrado mi punto de apoyo, mi forma de empezar, pueda ayudar a que se haga algo. ¿será?

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